Existen muchas veces en las que nos encontramos atravesando momentos difíciles de nuestra vida y no sabemos que hacer y empezamos a buscar culpables para sentirnos víctimas de las circunstancias pero no nos damos cuenta que la vida es asi con sufrimientos y alegrías o sino ya no seria vida, seria el cielo. Es decir deberíamos morir y estar sometidos a un juicio por nuestras buenas y malas obras.
El siguiente es un texto que me llego a través de una mail o correo electrónico y lo quería compartir con aquellas personas que estan sufriendo por problemas sencillos y graves, no se cual será el autor o de otra forma lo citaría para no meterme en problemas, sin embargo me parecio muy interesante todo lo que dice.
La fortaleza que tenemos en nuestros momentos de debilidad, cuando el mundo se nos viene encima , cuando ya estamos cansados de vivir la vida, cuando creemos que estamos perdidos, cuando perdemos a alguien a quien tanto amamos y nos sentimos solos, cuando las cosas no salen como queríamos… esa fortaleza que nos da aliento a seguir adelante en la vida viene propiamente de Dios, quien nos ampara en nuestros momentos más difíciles.
Cuando pedimos a Él fortaleza nos contesta de diferentes maneras, a veces de las más extrañas, el secreto es pedir con amor y teniendo la fe y la certeza de que las cosas pasan por una causa ya planeada por nuestro Dios. Teniendo la fe de que Dios nos da las cosas en «Su tiempo» y no en el que nosotros las queremos, que nos da dolor para aprender y sentir más amor por las personas y los detalles de la vida, que cuando perdemos a alguien es un ciclo de vida y que no es una pérdida eterna sino temporal.
Creer en Dios es a veces cerrar tus ojos y sentir Su presencia en tu vida, sentir Su aliento para que cuando estes cansado(a) puedas seguir por el sendero que Dios nos ha planeado, es sentir Sus manos apoyadas en tu cabeza diciéndote que todo va a estar bien cuando nos sentimos perdidos, es creer que cuando nos sentimos solos y desconsolados Él nos abraza, que cuando las cosas no salen como queríamos no es por que Dios sea malo, o porque no nos quiera, sino porque muchas veces lo que pedimos no nos conviene y Dios nunca nos daría algo que eventualmente nos lastimara, o nos hiciera perdernos en esta vida.
La fortaleza de Dios es como andar en un hermoso corcel, y nosotros somos los jinetes, cuando estamos cansados nuestro corcel nos levanta y nos lleva en su lomo. Dios es nuestro escudo en nuestras batallas, es quien nos protege de todo mal, es nuestra espada con la cual debemos pelear la batalla diaria que nos lleve más a Su presencia, alejándonos de las cosas vanas y materiales.
Recuerda que cuando crees que eres débil, entonces eres más fuerte porque en nuestra debilidad se manifiesta la grandeza de Dios.
LA PAZ
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Espero esta lectura le sirva a mas de una persona que piensa que el mundo se le viene encima porque las cosas no salieron como queriamos, el tiempo te dirá de lo que te preservo Dios.
Saludos.